Saludos enaniles, mis estimados amigos. Tras un largo periodo de silencio regreso
de nuevo desde la mina para traeros una nueva aventura de ese magnífico juego
llamado Pendragón. Al igual que ocurre con las últimas que fui colgando
referentes al ciclo artúrico, esta historia está basada también en una de las
numerosas Ideas de Aventuras que aparecían en el manual que publicó Joc allá
por los años noventa. Es, eso si, la
última de este formato que en principio voy a colgar aquí. Las siguientes que
ya vayan apareciendo son de cosecha propia, mayores –o mucho mayores –en extensión
y con una idea base que no tiene ya nada que ver con los bocetos que aparecían
en el libro de reglas. Decir nuevamente que en su momento me parecieron un gran
acierto pues, para directores noveles o ya experimentados siempre es de
agradecer que en un libro básico aparezcan no ya aventuras, sino ideas para
desarrollarlas. Te permiten hacerte una idea mucho más precisa del mundo de
juego –en el supuesto de desconocerlo, cosa que aquí no ocurre –pero si te guía
en cierto modo de por donde piensan ir las ideas de los creadores y
desarrolladores del juego. Como ya mencioné, y si no lo hice lo hago ahora,
para mí Pendragon supone uno de los mejores juegos aparecidos aquí en cuanto a
la ambientación que transmite, un juego que funciona solo. Si dices Oeste
americano, o Piratas, todo el mundo sabe a que podemos referirnos de cara a una
partida. Y con Pendragon ocurre lo mismo. ¿Quién no ha oído hablar del Rey
Arturo? ¿Merlín? ¿Camelot? ¿A alguien no le suenan estos referentes? Un sistema
de juego sencillo, una evolución de personajes muy bien lograda (¿en que otro
juego uno puede ver crecer a sus hijos, que estos hereden tus título y logros,
y tus nietos lo mismo?) y unas historias sencillas de jugar y dirigir. Me
encanta cuando alguno de mis compañeros de partidas dice “Voy a dirigiros un
Pendragon”. Bueno, más que “me encanta” sería un “me encantaría”, pues desde
hace muuuchos años no tengo tal suerte. Si, es una indirecta muy directa.
Pero bueno, centrémonos en la aventura que hoy nos concierne. Como os decía
antes, la última basada en las cortas ideas de aventuras del libro básico, la
de hoy nos hace avanzar ya hasta el año 500. La historia se titula “La aventura
de la Torre de la Hiedra”, y en ella los pjs deberán hacer gala de su carácter
caballeresco y ayudar a unos pobres infelices atormentados por una criatura del
Mundo Mágico, y donde las palabras estarán más cerca de solucionar el problema
que un buen golpe de espada… O no…
Lanzarote al rescate!!!
Como me gusta la firma al final del artículo.
ResponderEliminarLanzarote al rescate!! juas!
Me alegra leerte de nuevo Otto!
Y ahora vuelve a la escritura de Conan! :P
Agradecido por el comentario. Mi estimado forense es siempre bienvenido. Y mientras contesto esto, si, estoy dándole a la tecla avanzando en una aventura de Conan. Dost el derrocador tendrá pronto reyezuelos a los que expulsar de su trono, JAJAJAJA!!!
ResponderEliminarLanzarote al rescate!!!
Tu y yo sabemos de donde proviene ese grito de guerra, eh? Shhhhit. Silencio, que nos oyen.
Me alegra volver a saber de usted :-)
ResponderEliminarMuchas gracias. A mi me alegra que, a pesar del tiempo transcurrido, siga visitando mi humilde cueva. Saludos!!!
ResponderEliminarYo tambien celebro ver que el blog sigue vivo, y amenazo con seguir visitándolo asiduamente,Mr. Rangstar... ;-)
ResponderEliminarUn saludo.
MadBaron
Me gustan esas amenazas, y espero que las siga cumpliendo
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