Buenas nuevamente, amigos enanos. Tras unas
semanas de descanso retomamos el hilo de nuestras aventuras, y esta vez os
traigo una de mi juego favorito: un cthulhu, pero esta vez ambientado en la época
de la antigua roma. El Cthulhu Invictus. Una de las cosas que más me maravillan
de este juego es que, le hagan lo que le hagan, no pierde (bueno, la versión
D20 reconozco que no la he probado): en la antigua roma, en la época medieva,
victoriana, años 20, guerra fría, actualidad, futuro cercano (sea cthulhu tech
o End times), tanto da. El juego responde y aguanta lo que le echen. Y yo no me
canso de jugarlo. Tal vez se deba a que la primera partida que jugué fue con mi
buen amigo Jordi (alias mangu) mientras hacía la mili en la Cruz Roja (quien
dice que la mili no servía, jajaja) que se ofreció a explicarme que era eso del
rol y que me sonaba de algo.
Bueno, basta de batallitas, que uno a mis años
tiene bastantes que contar y así no acabaríamos nunca, sería más largo que la
versión extendida del Señor de los Anillos. Como os decía, hoy os traigo una
aventura del Cthulhu Invictus. Esta ambientación aúna dos de mis aficiones
preferidas, el rol basado en los primigenios y la historia, especialmente la
antigua y si es de Roma tanto mejor.
Traducido en nuestro país, como siempre, nada de
nada, así que hemos de fiarlo todo a nuestro inglés. Afortunadamente los libros
están escritos usando un lenguaje que, con una base más o menos decente,
permite leerlo casi del tirón. En mi biblioteca arcana dispongo del libro
básico, del Companion –que nos ofrece tres ambientaciones diferentes y una
aventura en cada una –y el Legacy of Arrius Lurco, una campaña de un tamaño más
que considerable pero que aún no me he puesto a leer. Además, y si alguien
piensa sacarle jugo a la ambientación, le recomendaría el Rome: The life and
death of the Republic de Alephtar Games. De hecho, con el básico tiene más que suficiente,
y si decide optar por alguno de los otros el Rome es mi opción recomendada. Y
para aventuras, pues ya os colgaré yo alguna que otra…
En la aventura que os traigo hoy he colocado
varios anexos al texto que escribí originalmente, pensando más que nada en
aquellos que no dispongan ni del básico. He añadido una pequeña tabla de
invención propia –muy somera pero que añade cierta solera a los personajes –con
los algunos de los diferentes rangos que podrían alcanzar los pjs dentro de las
legiones romanas (desde centurión, primus pilus, aquilifer, hastati, etc)
porque sí, en esta aventura todos los personajes son legionarios. He colocado
una lista con las armas que reciben, armadura, un esquema de un campamento que
he sacado –como no –de la revista Desperta Ferro y alguna que otra cosa. Todo
ello debería permitiros poder jugarla sin ningún problema. Hay muchos otros
temas que no desarrollo, como son la distribución de las tropas dentro de la
legión, su orden de combate (hastati, príncipes y detrás los triarii por
ejemplo) pero es que si no no acabaría.
Bueno, diréis, y después de todo este rollo que
nos has soltado –por Grungni!!! Quien se atreve!!!- alguno preguntará que ¿de
qué va la aventura? Bien, la historia que hoy nos ocupa se adentra en el primer
episodio de lo que fueron las guerras cimbrias, una confrontación entre Roma y
los llamados “bárbaros” que tuvo lugar hacia el año 113 a.c. hasta el 101 a. c.
aproximadamente. La parte que hoy nos ocupa tiene lugar en el año 112, cuando
un grupo de teutones y cimbrios penetraron desde el norte alcanzando las
tierras de unos aliados de Roma, los tauriscios, cuya capital era Noreia,
ciudad que da título a la historia.
No explicaré en demasía lo que ocurre, más
que nada para no hacer un spoiler. De hecho, si vas a jugarla, no sigas leyendo
y dale el aviso a tu dj que se la descargue. Los romanos sufrieron una
severísima derrota, les dieron por todas partes y tuvieron que retirarse. Como ya
veréis, iban a preparar una emboscada cortesía del cónsul Cneo Papirio Carbón y
fueron ellos los que recibieron lo que no está escrito –como descubrieron los
germanos que iban a ser emboscados son suposiciones, se cree que alguno de los
guías auxiliares romanos se fue de la lengua –y pocos fueron los que lograron
salvar el pellejo. Pero esta derrota es solo el inicio dela aventura, la parte
verdaderamente cthulhiana viene luego, con los legionarios, solos y vapuleados
intentan salvarse como pueden antes de ser sacrificados por los escordiscos,
una tribu que viajaba con los germanos.
La aventura tiene en sí dos puntos críticos. El primero
es cuando los pjs están presos y a punto de ser sacrificados. Cuando se liberen
–ya lo leeréis – tiene dos opciones: huir o bien enviarle un lanzazo al
invocador. Cuando la dirigí a mi grupo hubo la mala suerte que, quien se hizo
con la lanza, era un jugador ocasional, segunda partida de rol que jugaba. A pesar
de las indicaciones del resto de jugadores para que le clavase la punta de la
lanza al invocador entre los ojos decidió no hacer caso e intentar la huida. ¡¡Gran
error!! Tras mirárselo todos con los ojos como platos la partida terminó tres
minutos después sin supervivientes. Que vamos a hacerle. Así que, quien la
juegue, ya me contará qué tal va el resto de historia.
El otro punto crítico es cuando el grupo se ha
refugiado en Noreia. Tienen la opción, una vez el ejército que asedia la
población se retira –una licencia histórica, tal intento de asedio tras la
batalla no se produjo –irse también en busca de sus compañeros o bien ser unos héroes
y quedarse. Bueno, y tal vez pasar a mejor vida, pero es cthulhu, amigos. Si no
mueres aplastado te desaparece la Cordura no sabes bien como.
Bueno, no cuento más. Tengo que ir a adecentarme
la barba. Espero que la aventura os guste, ya sea si la jugáis o la dirigís.
Saludos, amigos enanos. Rezad a Grungni.
Tírale la lanza!!!!
¡Toma ya! Muchísimas gracias!
ResponderEliminarEspero que la disfrutes, tanto si la juegas como si la diriges. Muchas gracias a tí.
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